Cáñamo/hemp versus marihuana, mitos y realidad en su uso terapéutico

Por Daniel Gonzales, director de marketing de Steve’s Goods.

En la última década, el consumo de derivados de cannabis como complemento al tratamiento de diversas enfermedades relacionadas con el sistema nervioso se ha extendido notoriamente en todo América gracias a su comprobada eficacia en la disminución o supresión de algunos síntomas de enfermedades como Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), VIH/SIDA, algunos tipos de cáncer, enfermedad de Crohn, epilepsia y convulsiones, glaucoma, esclerosis múltiple y espasmos musculares, entre otras.

Sin embargo existe aún mucha confusión y desinformación respecto al uso, procedencia y efectos de estos productos, ya que suelen asociar al cannabis con la marihuana, que es una de sus cepas y la que es usualmente consumida por sus efectos psicotrópicos y alto contenido de tetrahidrocannabinol (THC), por lo cual su consumo se encuentra regulado y debe ser administrado estrictamente bajo supervisión médica.

La contraparte a la marihuana es el cáñamo o hemp, que es otra cepa del cannabis, de uso milenario y cuya composición tiene un nivel tan bajo de THC que no genera ningún efecto psicotrópico. Por el contrario, el cáñamo/hemp cuenta con un alto contenido de cannabidiol (CBD), cuyas propiedades terapéuticas y formas de consumo son supervisadas y aprobadas por la FDA de Estados Unidos y su comercialización se realiza de manera libre en muchos países de la región, tanto para consumo humano como veterinario, siempre que cumplan con las regulaciones locales. El CBD se encuentra en presentaciones como geles, aceites, gotas, gomitas, polvos para agregar a los alimentos, vapes, entre otros.

¿Por qué comparar CBD y THC?

El CBD y el THC son dos de los muchos cannabinoides presentes en el cannabis. Tanto el CBD como el THC interactúan con los receptores cannabinoides, CB1 y CB2, para producir una variedad de efectos que ayudan o limitan los efectos de una variedad de afecciones.

Cómo explicamos arriba, el CBD es más abundante en el cáñamo/hemp y el THC es más abundante en la marihuana. Ambos producen sus efectos a través del sistema endocannabinoide. Sin embargo, trabajan con diferentes receptores y producen diferentes efectos a tener en cuenta. La diferencia más notable entre los dos es que el THC te hace «volar» y el CBD no.

El receptor CB1 se concentra en el cerebro y, por lo tanto, es el receptor responsable de los efectos psicoactivos del cannabis. El THC es la planta de cannabis que funciona principalmente con este tipo de receptor CB1 y es la razón de su efecto sobre la memoria, la concentración, la percepción alterada del tiempo y las alucinaciones. La alta sensación en la marihuana hace que muchas personas la usen como una actividad recreativa.

¿De dónde vienen?

Tanto el CBD como el THC son cannabinoides que se encuentran en la planta Cannabis Sativa. Hay dos tipos principales de cannabis que son el cáñamo/hemp y la marihuana. El cáñamo legalmente no tiene más del 0,3% de THC. La marihuana generalmente tiene 5-20% de THC, pero puede tener hasta 30%.

Destaca además que el CBD, en un individuo sano, no hay evidencia de que tenga ningún impacto negativo en su consumo. En contraparte, el THC tiene algunos efectos secundarios leves; algunos de los cuales son más comunes en individuos nuevos en su uso. El THC comúnmente resultará en sentirse drogado, pérdida de memoria, tiempos de respuesta lentos, reducir la coordinación, ojos rojos y boca seca. En casos raros, puede causar ataques de pánico y alucinaciones leves. Estos casos raros son más comunes en individuos nuevos en el uso de THC que toman una dosis demasiado alta. Las personas con trastornos mentales subyacentes pueden tener un mayor riesgo de desarrollar más enfermedades mentales con el uso de THC.

Regulaciones de cultivo y consumo en América

La aprobación de la Ley de Cultivo de Cáñamo/hemp de 2018 en Estados Unidos permitió que el cultivo de cáñamo industrial fuera legal en dicho país, contribuyendo en la masificación de plantaciones y la proliferación de laboratorios dedicados a la investigación y desarrollo de productos derivados para uso terapéutico. Algo similar ocurre en Canadá, otro de los principales productores del continente.

En Sudamérica, países como Uruguay, Chile y Colombia son pioneros en la desregulación del cannabis medicinal a base de cáñamo/hemp y cuentan ya con regulaciones establecidas para su cultivo y comercialización para uso interno y para su exportación. En Perú, el reglamento de la ley Nº 30681, que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados, establece claramente que el cáñamo y sus derivados, con contenido menor al 1% de THC, están excluidas del Reglamento de Estupefacientes, Psicotrópicos y otras Sustancias Sujetas a Fiscalización Sanitaria y su cultivo industrial es permitido y regulado por el Ministerio de Agricultura.

Esto abre las puertas a que los consumidores peruanos puedan acceder a productos derivados de cáñamo/hemp y aprovechar sus grandes atributos sin tener que depender de la autorización de las autoridades locales. Sin embargo, en Steve’s Goods recomendamos siempre que su tratamiento sea iniciado y supervisado por un médico especialista, lo que permitirá determinar la mejor presentación y dosis del producto para cada dolencia en específico.

Steve’s Goods, es una empresa americana que recientemente ha abierto la venta internacional por medio de su página web https://stevesgoods.com y ya cuenta con canales especializados para Latinoamérica, donde tiene una línea especial de productos para nuestro bienestar.

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